domingo, abril 08, 2007

Hong Kong

El comercio fue el pretexto a través del cual dos civilizaciones se conocieron. Sedas, especias, té...pronto se convirtieron en productos demandados en occidente y como consecuencia se intentó colonizar los territorios asiáticos.Gran Bretaña resume las características del buen colonizador. Educado y discreto, crea situaciones que se convierten en el vehículo sobre el que corren sus intereses.
En el territorio ocupado de Bangladesh se cultivaban enormes cantidades de opio que se convirtió en moneda de cambio de las transacciones entre chinos e ingleses y simultaneamente potenció la dependencia entre los comerciantes.
El gobierno chino en su intentó de erradicar esta situación hundió varios barcos. Los ingleses hallaron en este acto la excusa para la guerra y triunfaron, en 1841 la isla de Hong Kong fue declarada colonia británica a perpetuidad. Veinte años después la penísula de Kowloon y los Nuevos Territorios se cederán por 99 años. Una pequeña inglaterra se asentó en las fronteras chinas: se conduce por la izquierda, la población en su mayoría habla inglés, los carteles se escriben en cantonés e inglés, las calles se llaman Jordan, Cameron, Salysbury o Kimberley...Aunque finalmente y no ausente de revueltas en 1997 los tres territorios nuevamente se consideran chinos.


Un país con dos sistemas. Un pueblo que al referirse a China no lo hace desde la pertenencia y en el que la movilidad desde sus fronteras hacia la China Continental no es posible previa posesión de visado. Un territorio donde la moneda es única y las facilidades económicas y financieras la convierten en pasto para multinacionales y estratégicoenclave para el comercio asiático
Los tres territorios que componen lo conocido como Hong Kong
son caóticos, están masificados, su desarrollo es continuo y su apariencia realmente versátil. En 1.100 km cuadrados de superficie bullen 2 millones de habitantes.
Pero vayamos por partes. Empecemos por el emplazamiento del aeropuerto que normalmente es la entrada de cualquier visitante. Sobre la Isla de Lantau que aunque dobla la superfecie de Hong Kong su población no alcance los 50.000 habitantes y la convierten en pulmón y escape para disfrutar de senderos y kilómetros de tranquilas playas antes de cruzar el puente colgante más largo del mundo que la comunica con Kowoloon.
Cuando los mongoles invadieron China, el Emperador y su séquito viajaron al sur del país donde las fronteras territoriales se desvanecían y el Mar de China se bañaba. Al llegar allí, inquieto, el Emperador preguntó cuál era el nombre de esa tierra. Sus guardas que lo desconocían observaban el paisaje. Ocho montañas como ocho dragones se levantaban sobre la bahía. A los ocho dragones le sumaron el Gran Dragón Emperador. de la reflexión surgió el nombre de Nueve Dragones o Kowoloon: escaparate e intercambio, trompazo inconsciente entre desconocidos.

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