Otro año más, otra experienca

Pués sí, diré que definitivamente estoy agusto en China, sino por qué estoy de nuevo aquí.
Comienza una nueva etapa, año 2009, mes de julio.
He viajado desde Europa rumbo a Asia, y lo primero que me ha sorprendido es el grado de histeria colectiva que en China existe para con la gripe porcine, H1N1, o fluenza.
Al aterrizar en el país, todos los pasajeros son sometidos a un exhaustivo control de la temperatura corporal. Cuando el avión aparcó en la terminal, y la alargadera ya estuvo correctamente sujeta a la puera de la aeronava, se subieron a bordo cinco médicos, imagno, porque su disfraz de híbrido entre michelín y astronauta, impedía saber con exactitud quienes eran
Una vez en el interior del avión, sacaron de su maletín un aparatito, que se suponía un termómetro aunque para mí, parecía más un aparato auditivo. Uno a uno, todos los pasajeros fueron sometdos al veredicto del termómetro. Y para desgracia de todos, alguién tenía fiebre, por lo que tuvimos que esperar casi una hora en el interior del aparato hasta que las autoridades sanitarias decidieron.
Por suerte para mí, me encontraba lejos de los infectados, y me pregunto, no hubiera sido mejor aislar al enfermo en vez de aislarnos a todos.
La empresa que se encarga de los chequeos se llama Safe Guard, y de momento el grupo chino, Shanghai Pharmaceutical es una de las empresas chinas autorizadas por Roche para fabricar medicamento parecidos al Tamiflu, antiviral reconocido mundialmente para tratar la gripe A a nivel mundial. Ya en 2005, cuando apareció la gripe aviar, esta empresa comenzó a fabricar los antivirales, pero detuvo sus investigaciones en 2007.
La pasada semana el primer lote de medicamentos contra la gripe A concluyó. La farmacéutica de Shanghai ha manufacturado 256.000 unidades de la vacuna que estarán disponible en septiembre una vez superados dos meses de prueba.
La psicósis gripal es también una realidad en la capital china. En las calles, en el metro y en los grandes espacios públicos es cada vez más común encontrar a gente con cubrebocas.