Han pasado años desde la última vez que te visité. Han cambiado muchas cosas. La más importante, he vuelto a España. Desde Madrid quiero volver a visitarte y contarte cosas y que las descubras conmigo, juntas, como antes...Es distinto. No estamos a diez mil kilómetros de distancia ni vivimos rodeadas de millones de chinos. Aquí cruzamos en el paso de cebra y cuando está en rojo, esperamos. El cielo es azul e internet es libre. No vamos en bici ni comemos arroz todos los días. No somos paisanos jugando al ajedrez...
Dejamos la China Tradicional, que conocí, disfruté y aborrecí para hablar de los nuevos magnates chinos que están haciendo negocio con España. Hoy quiero hablarte de Dalian Wanda y Wang Jianlin
Wang Jianlin es un ejemplo de los cambios vividos en China en los últimos 30 años, pues se alistó en el Ejército de adolescente y soñaba con ser general pero acabó como uno de los hombres más ricos del país.
Propietario desde 2014 del emblemático Edificio España madrileño, que adquirió al Banco de Santander por 265 millones de euros, y principal esperanza para poder resucitar el malogrado proyecto de casinos Eurovegas, Wang ha convertido a la capital madrileña en uno de sus grandes trampolines para la internacionalización de sus negocios.
Hijo de un comandante militar que luchó junto a Mao Zedong en la revolución que triunfó en 1949, Wang, de 60 años, quiso de adolescente seguir los pasos de su padre, pero cambió el fusil por el ladrillo y se enriqueció en el sector inmobiliario, como muchos de los actuales millonarios del país.
Wang es el presidente de Dalian Wanda Group, gigante inmobiliario fundado en 1988 y que en China da nombre a una conocida cadena de karaokes, a otra de salas de cine, a grandes y lujosos centros comerciales o incluso, durante los años 90, al que entonces era el mejor equipo de fútbol chino, todo ello propiedad del magnate. Ocupa el puesto 101 de la lista de grandes fortunas del planeta, y su empresa domina el sector del entretenimiento de 71 grandes ciudades del país.
Esta es la nueva perspectiva de nuestro viaje. Hablaremos de China y del mundo, de negocios, de equipos de fútbol, de contaminación y hasta de la soja, hablaremos de China y el mundo.
Durante los años que viví en China recuerdo las conversaciones con españoles que trabajaban para empresas que mantenían lazos económicos con chinas. Algunos de ellos preferían mentir y no comer para evitar empachos y borracheras y evitar terminar en una sala de música rodeado de chinos borrachos cantando. Si no fuera la estatalidad de las compañía chinas serían gasto privado pero al tratarse de dinero público podría invertirse en gasto social para los más de 80 de millones de chinos que viven en la pobreza.
Sobre el descenso de la compra de lujo en el continente asiático. Los icónicos bolso de Louis Vutton son una de las víctimas del descenso del consumo de lujo chino. En el mes de julio de 2014, el conglomerado francés informó del descenso de sus ventas en China por la contracción del consumo y en Hong Kong por la crisis política. En la antigua colonia británica, las ventas cayeron hasta un diez por ciento durante la Revolución de los Paraguas en la que miles de hongkoneses tomaron las principales arterias de la ciudad para exigir elecciones democráticas.
Pero no solo Louis Vutton. Firmas como Diageo o Glaxo también están pagando el precio de las medidas de Xin Jinping sobre el consumo interno. Cosas de atacar a la corrupción. Y también negocios locales como la caligrafía. Desde la Presidencia del Partido Comunista Chino ordenaron, expresamente, reducir la compra de arte para regalar a cambio de favores. Cosas de legislar.
