Hace unos meses decidí sumergirme en el apasionante mundo de
los drones y sus numerosas aplicaciones. Quizás, al hablar de drones, lo
primero que nos viene a la cabeza son los increíbles planos aéreos que se
pueden lograr con estas pequeñas aeronaves, pero más allá del mundo
audiovisual, los drones tienen muchas otras aplicaciones como por ejemplo las
emergencias, la lucha contra la invasión de la abeja velutina o su aplicación
en el envío de ayuda humanitaria.
Buceando y buceando en la red, me llevé un sorpresa: los
chinos dominan el mercado de drones. A muchos os sonará el nombre de DJI, la
empresa que se ha hecho con el liderato mundial en la venta de drones, por
delante de empresas punteras, como Parrot o 3D Robotics. La empresa es china y
su éxito ha sido meteórico, ya que se trata de una empresa bastante joven, en
un negocio que florece.
Fundada en 2006 por Frank Wang, DJI tienes sus cuarteles
generales en Shenzhen, el epicentro de fábricas, marcas y desarrollo de
tecnología en China. Actualmente su plantilla está cercana a contar con 3.000
empleados, y poseen oficinas en Estados Unidos (Los Ángeles), Corea del Sur,
Alemania (Frankfurt), Holanda, y Japón (Tokio), contando además con dos centros
adicionales en China, situados en Pekín y Hong Kong.
De sus modelos, hay dos que son los archiconocidos: los
Phanton y los Inspire. Los DJI Inspire
están orientados a creadores de vídeo de alta calidad, mientras que los DJI
Phantom quieren conquistar a usuarios con menos necesidades pero con una
especial ambición creativa. En
definitiva, los chinos conquistan a medio mundo con sus drones, al alcance de
todos.