Explosiva, descarada, técnicamente perfecta. Es Yuja Wang,
la pianista china que desafía el mundo de la clásica. El carisma de esta joven
de 30 años y su puesta en escena no dejan indiferente. Su control absoluto
sobre las teclas y sus interpretaciones cautivan a un público muy variado. Es
más, conecta con gente de todas las
edades gracias al gran éxito de sus vídeos en las redes sociales y el aplauso de la crítica más carca. Gracias a ella, las obras de
Chopin y Brahms vuelven a estar de moda.
Cual estrella de pop, Yuja seduce al piano. De tú a tú. Con
la feminidad por bandera. Con la dificultad de ser una mujer china, en sus treinta, sin marido. Con la complicidad de saber que la música es su
instrumento, para deleitar y para salir de esa hermética china en la que sus
padres, orgullosos, preferirían que saliera en la CCTV china en vez de hacer las américas.
En su país de origen el éxito es cosa de hombres. Tampoco
ayuda el ambiente en el que se mueve. Sobran los dedos de una mano para contar
las mujeres directoras de orquesta. Pero Yuja se crece ante las adversidades.
Nombrada Artista del Año 2017 por la revista ‘Musical América’, acompaña a la
Filarmónica de Berlín en su gira asiática.
Además, Yuja forma parte de la nueva campaña de Rolex en
colaboración con la revista Elle. Asegura
que tiene mucha suerte porque llenar auditorios y ser un referente en la música clásica para ella no es trabajar. Dice que "lo que da propósito
y sentido a mi vida es lo que hago. Tenemos que inspirarnos y motivarnos…y
simplemente estar vivos”. Digo yo: hagámosle caso.
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