Hay eventos informativos que solo toman relevancia una vez
al año. Los aniversarios, las
efemérides, el debate del estado de la Nación y el club Bildeberg. Este fin de
semana se han reunido decenas de personajes influyentes en un hotel escondido
en las montañas austriacas para decidir sobre política y economía. Dicen que
ese encuentro, de todo menos transparente, mueve los hilos de la globalidad.
Precisamente, en la agenda de este poderoso club, China ocupa un lugar
destacado. Concretamente la alianza entre Rusia y China
y las consecuencias que tendrá el pacto a nivel internacional.
La relación de Moscú con Occidente es cada vez más fría -con
las sanciones impuestas a Rusia por la situación en Ucrania- mientras que su relación con Pekín está cada vez más fortalecida.
Cabe destacar que desde que Xi Jinping fue electo como
presidente del gigante asiático, se ha
reunido con Putin en al menos 10 ocasiones. Y desde entonces ambos han hecho
declaraciones efusivas de su amistad. No solo gestos y palabras de admiración
han protagonizado esta decena de encuentros sino que la estrecha relación entre
Rusia y China ha favorecido la firma de millonarios acuerdos económicos y
acuerdos de cooperación.
Uno de los que más preocupa la comunidad internacional es el
relacionado con el suministro de gas. Rusia firmó un acuerdo de 400.000
millones para abastecer anualmente a China 38.000 millones de metros cúbicos de
gas natural entre 2018 y 2048.
El Club Bildeberg, formado por miembros de alta esfera del
Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, la
Reserva Federal Americana y el Parlamento europeo, están preocupados por esta
relación. Entre las incógnitas que todavía
no podemos descifrar están la posibilidad de que el yuan se convierta en un patrón
monetario internacional y si finalmente superará China a Estados Unidos como
potencia en los próximos años. Estos son algunos de los asuntos que se debaten
en Austria.
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