Un tsunami golpea la isla de Taiwán. Tras los comicios
celebrados este fin de semana, la
candidata del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), Tsai Ing-wen, ha sido elegida como la primera presidenta de la isla. Toda una revolución. Será la primera mujer que presidirá el país y previsiblemente iniciará un cambio en la postura respecto a China, quien no reconoce la independencia de Taipei.
La señora Tsa, soltera y de 59 años, es una reconocida
académica defensora de la independencia de la isla frente a China. Es la hija
pequeña de un mecánico. Pese a sentirse atraída por la arqueología y la
historia, estudió derecho para ayudar en el negocio familiar.
Empezó sus estudios en la Universidad Nacional de Taiwán y los completó con grados
en la London School of Economics and Political Science y la Cornell University
en 1980. Con varios expertos defiende la tesis de los dos estados, en relación
a su dependencia del gigante asiático.
Forma parte del Partido Demócrata Progresista (PDP) desde
2004. Ocupó el cargo de vicepresidencia bajo el mandato de Chen Shui-bian. Pese
a no ser carismática ni una gran oradora, ha ganado la confianza de los
votantes por su sinceridad, inteligencia y tenacidad. En 2008, lideró la lucha
contra la corrupción en las filas de su partido.
Entre los políticos que admira están dos mujeres: la
británica Margaret Thatcher y la alemana Angela Merkel. De ambas destaca su
fuerza y decisión.
Su partido defiende la independencia de Taiwán. Se ha
mostrado partidaria de mantener ese
status quo pero está a favor de revisar el “Consenso de 1992", conocido
como "una China con dos interpretaciones", como base de los lazos
actuales entre las dos partes.
A la segunda va la vencida. En 2012 perdió las elecciones
pero cuatro años después ha conseguido ser la primera presidenta de Taiwán y
ganar al Kuomintang, el partido nacionalista que perdió la guerra civil contra
los comunistas de Mao Zedong. Sus dos gatos le han ayudado a ganar el voto y
simpatía del electorado joven.
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