Todos los días Lee Bo llegaba a casa a las 19:30 tras cerrar
su librería en una bulliciosa calle de Hong Kong. En el interior de su
establecimiento Lee pasaba horas ojeando, buscando y recomendado libros de
bolsillo críticos con el régimen de Pekín.
Entre las cuatro paredes de su pequeño local Causeway Bay de Hong Kong las
palabras gritaban cambio hasta que el pasado 30 de diciembre la cerradura de su
establecimiento se cerró para no volver a abrirse.
También conocido como Paul Lee, hace unos meses había
hablado con la BBC, cuando tres empleados de la tienda y el dueño de la
editorial que la provee de libros desaparecieron. “Sospecho que los detuvieron. "Desaparecieron a la vez”, le dijo Lee a la BBC a principios de noviembre.
Son varios los que sospechan que China está detrás de las
desapariciones. Y ahora parece que Lee ha corrido la misma suerte: no se le ha
vuelto a ver desde la noche anterior a la última noche del año.
Tres libreros y un editorialista desaparecidos
Gui Minhai, Lui Bo, Cheung Jipling y Lam Wingkei se les
perdió la pista a finales de octubre.
Gui, un ciudadano sueco nacido en China,
es el dueño de Mighty Current, la editorial propietaria de la librería Causeway
Bay y la que la provee de libros críticos de los líderes chinos.
Tampoco se tuvo más noticias de Lui y de Cheung, el gerente
general y el gerente de negocios de la casa editorial.
El cuarto en desaparecer fue Lam Wingkei, el gerente de la
librería Causeway Bay, ubicada en el distrito comercial de Hong Kong.
Lee fue el que anunció la desaparición de los cuatro, y
junto con su esposa, se encargó de presentar la denuncia, hablar de ello con
los medios y lidiar con los grupos que defienden los derechos humanos.
El abogado Albert Ho cree que las desapariciones estarían
relacionados con un libro que podría enfadar al presidente chino Xi Jingping.
El abogado cree que la desaparición de Lee, como la de los
otros cuatro, está relacionado con un supuesto libro que enfadaría al dirigente
chino. “Si la información es cierta, sería un caso muy preocupante
e implicaría un serio deterioro de la libertad de expresión en Hong Kong”,
señaló el representante de Amnistía Internacional en China, Patrick Poon.
Y es que en Hong Kong existen leyes dirigidas a garantizar
la libertad de prensa. Sin embargo, miembros del negocio editorial aseguran que el
Gobierno chino ha empezado a ejercer su influencia sobre la industria. En Facebook, los ciudadanos estaban atónitos ante una de las
mayores noticias de este Año Nuevo.
Desde 2014, las autoridades del territorio
de China han reprimido a las editoriales de libros prohibidos de Hong Kong.
En mayo de 2014, condenaron a 10 años por tráfico ilícito al
editor de Hong Kong Yao. Su casa editorial estaba a punto de publicar un libro
redactado por un opositor que se centraba en el presidente chino Xi Jinping.
El mismo mes persiguieron a dos editores de revistas
políticas de Hong Kong, Wang Jianmin y Guo Zhongjiao, por la distribución
ilegal de publicaciones en Hong Kong.
Como es probable que los cinco libreros desaparecidos estén
retenidos ahora en China continental, la Asociación de Periodistas de Hong Kong
y la Asociación de Escritores Independientes escribieron a la Oficina de
Coordinación del gobierno central para pedir una explicación. Ser librero se ha convertido en un oficio de riesgo en la excolonia brítanica.
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